sábado, 9 de noviembre de 2024

PROGRESO MÉDICO ▪ Volumen 275 114200 ▪ Diciembre de 2024

Evaluación integrada mediante ecografía pulmonar y ecocardiografía neonatal dirigida en bebés nacidos prematuramente

Marilena Savoia, Eva Busolini, Daniel Ibarra Ríos, Brady Thomas, J. Lauren Ruoss, Patrick J. McNamara
The Journal of Pediatrics. Publicado online: 08 noviembre 2024

RESUMEN
El uso de la ecografía pulmonar (UL) y la ecocardiografía neonatal dirigida (TNE), realizadas por neonatólogos capacitados como parte de la atención clínica de rutina, se ha convertido en un estándar en algunas unidades de cuidados intensivos neonatales durante la última década, aunque su uso sinérgico es poco común.1,2 La monitorización cardiopulmonar es un componente integral de los cuidados intensivos neonatales; sin embargo, la interacción dinámica corazón-pulmón ha sido objeto de poca investigación científica. La importancia de la precisión diagnóstica y la individualización de la atención debido a la naturaleza dinámica de la fisiología cardiopulmonar otorga credibilidad adicional a la importancia de la evaluación hemodinámica pulmonar concurrente. Las pautas para el uso de TNE por neonatólogos fueron publicadas por primera vez por la Sociedad Estadounidense de Ecocardiografía en 20113 y actualizadas recientemente.4 Durante la última década, otras sociedades han publicado pautas similares para proporcionar gobernanza y contexto específico para las regiones locales.5 La consulta hemodinámica implica realizar una evaluación TNE integral, utilizando protocolos de imágenes estandarizados, para generar datos fisiológicos que se integran dentro del contexto clínico para llegar a un diagnóstico y proporcionar recomendaciones de manejo. Las consultas hemodinámicas se realizan típicamente en pacientes con bajo riesgo de cardiopatía congénita para evaluar la función cardíaca, la hemodinámica sistémica y pulmonar y el impacto de los shunts transicionales. Publicaciones recientes han demostrado el impacto positivo de la atención guiada por TNE en el contexto de la hipertensión pulmonar (HP), la inestabilidad hemodinámica y el cierre del conducto arterioso persistente (CAP).6 Giesinger et al demostraron una reducción en la hemorragia intraventricular grave, la enterocolitis necrotizante y la displasia broncopulmonar grave (DBP), cuando los bebés extremadamente prematuros nacidos con menos de 27 semanas de edad gestacional se sometieron a TNE de detección entre 12 y 18 horas después del nacimiento.7

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