lunes, 11 de enero de 2016

El tipo de parto y los métodos de alimentación del bebé pueden afectar a la composición de los intestinos
Un estudio muestra que el parto vaginal y la lactancia materna crean bacterias intestinales distintas que las cesáreas y la fórmula

11 de enero de 2016 -- Un parto vaginal y la lactancia materna significan una diferencia notable en la composición bacteriana de los intestinos de un bebé, según una nueva investigación.

El tema es la conformación gastrointestinal del microbioma, que es el conjunto de microbios, que se encuentran mayormente en el intestino grueso, que son esenciales para el sistema inmunitario y para una buena nutrición.

Al evaluar los registros sobre el nacimiento y la alimentación de más de cien bebés cuando tenían 6 semanas de edad, los investigadores encontraron que los que nacieron por vía vaginal tenían una composición intestinal distinta que los que nacieron por cesárea.

También se observaron diferencias entre los bebés que recibieron lactancia materna exclusiva y los alimentados con fórmula o una mezcla de fórmula y leche materna.

Pero no está claro si esas diferencias afectan a la salud del bebé a corto o a largo plazo, dijo la coautora del estudio, Anne Gatewood Hoen.

"Nuestro estudio no establece vínculos con resultados de salud en este momento", dijo Hoen, profesora asistente de epidemiología y ciencias de los datos biomédicos de la Facultad de Medicina Geisel del Colegio Dartmouth en Lebanon, New Hampshire.

Pero Hoen y la autora líder, la Dra. Juliette Madan, neonatóloga y profesora asistente de pediatría de la Facultad de Medicina Geisel del Dartmouth, anotaron que su equipo se "sorprendió al hallar que incluso tres semanas tras nacer, el microbioma intestinal parecía ser conformado por el tipo de parto tanto como por el método de alimentación".

"Esto sugiere que el importante encuentro con la vida bacteriana que ocurre durante el proceso del nacimiento es muy importante para establecer el microbioma intestinal, y que sus efectos son duraderos", dijeron los investigadores.

Los autores anotaron en el estudio que "la cesárea se ha asociado con un aumento en el riesgo de obesidad, asma, enfermedad celíaca y diabetes mellitus tipo 1", y en comparación con la alimentación con fórmula, "la lactancia materna se ha relacionado con una reducción en los riesgos de enfermedades como el asma, la obesidad, la infección, el síndrome metabólico y la diabetes".

Hoen y Madan describieron sus hallazgos en la edición en línea del 11 de enero de la revista JAMA Pediatrics.

Unos dos tercios de los bebés del estudio nacieron por vía vaginal, y el tercio restante por cesárea. De forma similar, unos dos tercios fueron alimentados exclusivamente con leche materna en las seis primeras semanas de vida, mientras que 26 fueron alimentados con una combinación de leche materna y fórmula. Seis fueron alimentados solo con fórmula.

Los análisis de heces revelaron que el método de nacimiento del bebé tenía al menos un impacto igual de importante en las diferencias intestinales que la dieta.

El equipo de investigación también encontró que los bebés alimentados con una mezcla de fórmula y leche materna terminaban con una composición intestinal a las seis semanas que era más o menos igual que los que se alimentaron solo con fórmula, un hallazgo que investigaciones anteriores no habían notado.

No está claro qué significa todo esto para la salud de los bebés cuando crezcan. Pero Hoen y Madan dijeron que sus resultados "respaldan las recomendaciones actuales de parto vaginal si es posible, de evitar las cesáreas a menos que sean médicamente necesarias, y de lactancia materna exclusiva cuando sea posible".

El Dr. Mark Corkins, médico certificado de respaldo nutricional del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee en Memphis, dijo que los hallazgos no le sorprendieron.

"Es obvio que la forma en que se nace hace una diferencia", aseguró. "Por supuesto, los intestinos del niño no nacido no contienen ninguna bacteria mientras están en el útero. Cuando están dentro de mamá, dentro del líquido amniótico, no hay bacterias. Uno solo llega a la colonización después de nacer, al tragar bacterias durante el parto, si se nace a través de la vagina, porque la vagina no es estéril".

"Pero si se nace vía cesárea, el vientre se desinfecta en un quirófano estéril", explicó Corkins, que también funge como jefe de la división de gastroenterología pediátrica del Hospital Pediátrico Le Bonheur, en Memphis. "No se obtiene la misma flora. Se obtiene básicamente lo que hay en el hospital".

"Y entonces, tras nacer, si le alimentan con fórmula (que es nutricionalmente completa) tampoco se obtienen todas las cosas de la leche materna que la fórmula no puede replicar: los factores de crecimiento, y cosas que fomentan el desarrollo de ciertas bacterias buenas que estamos diseñados para tener en nuestro colon".

"Aunque las técnicas de microbiología que se están usando ahora para estudiar el tema son mejores, no es en realidad un hallazgo del todo nuevo", añadió. "Sabemos que la ruta por la cual se nace importa, y también el tipo de alimento tras nacer. Ambas cosas hacen una diferencia".


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