Recomendaciones terapéuticas del VII Consenso Clínico de SIBEN para la encefalopatía hipóxico-isquémica neonatal
NeoReview - SEPTIEMBRE 2016
La encefalopatía hipóxica-isquémica (EHI) es un síndrome clínico de disfunción neurológica que resulta de la falta de oxígeno y sangre al cerebro alrededor del nacimiento. Esta entidad es una de las principales causas de morbilidad neurológica y de disfunción multiorgánica o muerte en el neonato nacido a término o casi término y de discapacidad permanente en los supervivientes.
Durante el siglo XX esta entidad ha permanecido huérfana de intervenciones terapéuticas específicas dirigidas a prevenir o aminorar el daño cerebral asociado a esta agresión perinatal. Este panorama ha cambiado radicalmente en la primera década del siglo XXI, cuando varios ensayos clínicos demostraron que la reducción de la temperatura cerebral en 3-4º C, en las primeras 6 horas de vida, constituye una intervención eficaz y segura para reducir la mortalidad y la discapacidad mayor en los supervivientes. Esta demostración ha dado lugar a que la EHI sea hoy una urgencia diagnóstica y terapéutica en neonatología.
A pesar de la evidencia terapéutica disponible, existe una gran variabilidad en el abordaje terapéutico de la EHI en Iberoamérica. Por ello, la Sociedad Iberoamericana de Neonatología (SIBEN) convocó el VII Consenso Clínico con el objetivo de establecer recomendaciones terapéuticas en el manejo de la EHI. En este Consenso Clínico participaron 43 neonatólogos y enfermeras neonatales de toda Iberoamérica quienes, de acuerdo al proceso y metodología descritos para los Consensos SIBEN, revisaron las mejores demostraciones científicas disponibles y propusieron recomendaciones y sugerencias. El proceso culminó con una reunión presencial (conferencia de consenso) de todos los participantes en la Ciudad de México (agosto 2014), en donde se presentaron, discutieron y consensuaron las conclusiones finales.
miércoles, 14 de septiembre de 2016
miércoles, 24 de agosto de 2016
domingo, 21 de agosto de 2016
miércoles, 6 de julio de 2016
sábado, 7 de mayo de 2016
Los cerebros de los bebés prematuros se benefician de la leche materna. Unas IRM encontraron que los bebés que más la bebían tenían más tejido cerebral
La leche materna podría ayudar a promover el crecimiento del cerebro de los bebés prematuros, encontró un estudio reciente.
"Los cerebros de los bebés nacidos antes de término por lo general no están desarrollados del todo", explicó la investigadora principal, la Dra. Cynthia Rogers, profesora asistente de psiquiatría infantil de la Universidad de Washington, en St. Louis.
"Pero se ha mostrado que la leche materna es útil en otras áreas del desarrollo, así que observamos qué efecto podría tener en el cerebro", comentó Rogers en un comunicado de prensa de la universidad.
"Con las IRM, hallamos que los bebés que tomaron más leche materna tenían unos cerebros de mayor volumen. Esto es importante porque varios estudios más han mostrado una correlación entre el volumen cerebral y el desarrollo cognitivo", dijo.
El estudio incluyó a 77 bebés nacidos al menos 10 semanas temprano, con un promedio de 14 semanas de prematuridad. Se realizaron escáneres cerebrales de los bebés más o menos en el momento en que habrían nacido a término completo.
Los escáneres revelaron que los bebés cuyas dietas diarias incluían al menos un 50 por ciento de leche materna tenían más tejido cerebral y área de la superficie cortical que los que recibían mucho menos leche materna.
Los hallazgos fueron presentados el martes en la reunión anual de las Sociedades Pediátricas Académicas (Pediatric Academic Societies), en Baltimore. Las investigaciones presentadas en las reuniones se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
©HealthDay
viernes, 18 de marzo de 2016
Los científicos evalúan cuáles son los riesgos para las mujeres embarazadas infectadas con el Zika
Una mujer infectada en el primer trimestre tiene una probabilidad de 1 de 100 de dar a luz a un bebé con microcefalia, sugieren los datos
MARTES, 15 de marzo de 2016-- Los científicos dicen que hay más evidencias que respaldan un vínculo entre el virus del Zika y un defecto de nacimiento grave.
Los investigadores informan que 1 de cada 100 mujeres embarazadas infectadas con el virus durante el primer trimestre darán a luz a un bebé con microcefalia, que es una cabeza anómalamente pequeña y el potencial de problemas neurológicos.
Sin embargo, el análisis del nuevo riesgo tuvo una salvedad import
ante.
"Los hallazgos proceden del brote [de Zika] de 2013-14 en la Polinesia Francesa, y todavía no está claro si nuestros hallazgos aplican a otros países del mismo modo", dijo el coautor del estudio, el Dr. Simon Cauchemez, en un comunicado de prensa de la revista The Lancet. Los hallazgos aparecen en la edición del 15 de marzo de la revista.
El análisis se basó en los datos de un brote de infecciones de Zika en la Polinesia Francesa, un grupo de islas del Pacífico Sur. Cauchemez y sus colaboradores afirmaron que se reportaron más de 31,000 casos de infecciones durante el brote de 2013-2014, y se confirmaron 8 casos de microcefalia.
"Los datos de la Polinesia Francesa son particularmente importantes, dado que el brote ya se ha terminado", dijo el coautor del estudio, Arnaud Fontanet, colega de Cauchemez en el Instituto Pasteur en Francia.
"Esto nos proporciona un conjunto de datos pequeño, pero mucho más completo, que los datos recogidos de un brote en proceso", añadió Fontanet.
Los investigadores creen que los hallazgos fortalecen la noción de que la infección materna durante el primer trimestre de embarazo podría vincularse especialmente con la microcefalia en los bebés.
El Dr. Richard Temes dirige la atención neurocrítica del Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, Nueva York. Calificó la emergencia del vínculo entre el Zika y la microcefalia como "dilema de salud pública global".
"Aunque el riesgo de trasmisión es bajo en comparación con otras infecciones virales, como la rubéola [sarampión alemán] congénita, los autores concluyeron correctamente que el riego para la población es mucho más grande dada la incidencia del virus del Zika durante los brotes", dijo Temes.
En otra noticia relacionada, las autoridades sanitarias de EE. UU. aprobaron el viernes de forma tentativa una prueba de campo en los Cayos de Florida con mosquitos alterados genéticamente para ayudar a reducir la propagación del virus del Zika.
Las autoridades de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. dijeron que hicieron una determinación preliminar de que la prueba con los insectos alterados genéticamente plantea poco daño para las personas, los animales o el ambiente, según The New York Times.
Pero la aprobación final del ensayo no llegará hasta que la FDA considere los comentarios del público, lo que probablemente tardará meses, dijo el periódico.
Y el pasado jueves, las autoridades sanitarias de EE. UU. dijeron que estaban aprendiendo mucho sobre el virus. Pero cuanto más aprenden, más se percatan de lo mucho que no saben, comentó el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE. UU., en una conferencia de prensa.
"Desafortunadamente, cuanto más aprendemos, peor parecen las cosas", dijo Fauci.
Se sospecha que el virus del Zika está provocando la epidemia que empezó la pasada primavera en Brasil, donde ha habido más de 5,600 casos sospechosos o confirmados de microcefalia.
El Zika también se ha asociado con el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno del sistema inmunitario que puede llevar ocasionalmente a una forma letal de parálisis.
El Dr. Tom Frieden, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., dijo: "Cada día aprendemos algo más sobre el Zika. El vínculo con la microcefalia y otros defectos congénitos posiblemente graves se hace más firme cada día. El vínculo con el síndrome de Guillain-Barré probablemente se demostrará en el futuro próximo, y la documentación de que la transmisión sexual es posible ya se ha demostrado".
El virus del Zika se descubrió por primera vez en Uganda en 1947, y no se pensó que supusiera unos riesgos importantes para la salud hasta el año pasado, cuando se hizo evidente que representaba una posible amenaza devastadora para las mujeres embarazadas.
Pero, para la mayoría de las demás personas el virus supone poco peligro; aproximadamente el 80 por ciento de las personas que se contagian nunca experimentan síntomas.
Mientras tanto, el virus sigue propagándose por Latinoamérica y el Caribe.
No se espera que suponga una amenaza significativa en la parte continental de Estados Unidos, según han afirmado las autoridades sanitarias federales.
En Puerto Rico, sin embargo, la situación es "de una gran preocupación", dijo Frieden.
"Puerto Rico está en primera fila de la batalla contra el Zika", dijo Frieden, que acababa de regresar de dicha isla. "Y es una batalla contracorriente".
El año que viene, comentó Frieden, podría haber cientos de miles de casos de Zika en el territorio, y "miles de mujeres embarazadas infectadas".
El mes pasado, el Presidente Barack Obama pidió al Congreso 1.9 mil millones de dólares para luchar contra el virus del Zika. Hasta la fecha, el Congreso no ha aprobado la financiación, y tanto Frieden como Fauci han expresado su preocupación de que los esfuerzos para combatir el Zika están en peligro si esa financiación no llega pronto.
Un objetivo es crear una vacuna que se pueda dar a los niños antes de que lleguen a la pubertad para prevenir la infección con el Zika, dijo Fauci. "No podemos hacer lo necesario de un modo sostenido sin esos recursos", dijo.
Los CDC ofrecen estos consejos a las mujeres embarazadas:
Piense en la posibilidad de posponer los viajes a cualquier área en que se esté produciendo la transmisión del virus del Zika.
Si debe viajar a o vivir en algunas de estas áreas, hable primero con su proveedor de atención sanitaria y siga estrictamente los pasos para la prevención de las picaduras de mosquitos.
Si su pareja es un hombre que vive en o ha viajado a un área en la que se está produciendo la transmisión del Zika, use preservativos de forma correcta cada vez o no tenga sexo durante el embarazo.
El virus del Zika se ha propagado ahora a casi 33 países y territorios en Latinoamérica y el Caribe. La Organización Mundial de la Salud estima que podría haber hasta 4 millones de casos de Zika en el continente americano en el próximo año.
©HealthDay
viernes, 19 de febrero de 2016
¿Cuál es la tendencia de la prevalencia de los casos de defectos del tubo neural en países europeos?
EVOLUCIÓN A LARGO TÉRMINO DE LAS TENDENCIAS OBSERVABLES EN LA PREVALENCIA DE DEFECTOS DEL TUBO NEURAL EN EUROPA. UN ESTUDIO DE POBLACIÓN GENERAL.
Artículo original:
Long term trends in prevalence of neural tube defects in Europe: population based study.
Long term trends in prevalence of neural tube defects in Europe: population based study.
Khoshnood B, Loane M, de Walle H y colaboradores.
BMJ. 2015; 351: [Epub (publicación online] h5949 doi:10.1136, pp. ¬1-6.
INTRODUCCIÓN
La mayoría de los países de Europa insta a sus comunidades a prevenir la presencia de defectos del tubo neural mediante la suplementación directa con ácido fólico y la oportuna fortificación con la misma sustancia durante todo el período periconcepcional. Sin embargo, ninguno de dichos países ha incorporado legislación que haga obligatorias esas prácticas. El presente estudio tiene el propósito de definir, mediante análisis matemáticos exhaustivos de los datos disponibles, las tendencias observables a lo largo del tiempo en la prevalencia de ese tipo de malformaciones.
DISEÑO
Ensayo observacional de cohorte, desarrollado sobre población general no hospitalizada.
CONTEXTO
La EUROCAT (“European Surveillance of Congenital Anomalies”) es una red creada en 1979 que ha recopilado datos de aproximadamente 12,5 millones de nacimientos durante el período 1991-2011 en 19 países de la Unión Europea. Con esa base informativa han trabajado los 30 investigadores responsables de este trabajo, pertenecientes a organizaciones de Francia, Gran Bretaña, Irlanda, los Países Bajos, Bélgica, Noruega, Dinamarca, Finlandia, España, Portugal, Italia, Austria, Suiza, Alemania, República Checa, Hungría, Croacia, Polonia y Malta.
PACIENTES
No cabe hablar de pacientes, sino de participantes. Se han incorporado 11.353 casos de defectos del tubo neural que no estaban relacionados con anomalías cromosómicas. En 4162 casos se trataba de anencefalia, y en 5776 de espina bífida.
INTERVENCIÓN
No ha habido intervención clínica directa sobre la población involucrada. Para los fines planteados se debía determinar la prevalencia de defectos del tubo neural y sus fluctuaciones a través del tiempo. Utilizando modelos de regresión de Poisson de efectos aleatorios se intentaría representar la heterogeneidad entre registros y curvas segmentarias en el trazado de tendencias de tiempo no lineales.
MEDIDAS DE EVOLUCIÓN
1) Prevalencia de defectos del tubo neural entre los nacidos vivos; 2) su prevalencia total, es decir entre nacidos vivos, en los casos de muerte fetal y en los de interrupción del embarazo por anomalías fetales.
PRINCIPALES RESULTADOS
A continuación se indican los resultados obtenidos en el seguimiento hasta 2011. Es posible que las tendencias observadas en los niveles de prevalencia, e incluso la ausencia de tendencias definidas, se deban al menos en parte a fallas de registración, o a malas interpretaciones o distorsión de los datos recogidos.
-- En total, laprevalencia combinada de aparición de defectos del tubo neural durante el período en estudio fue de 9,1 casos por cada diez mil nacimientos. Se observaron ligeras fluctuaciones de dicha prevalencia, que no llegan a constituir una tendencia decidida a la baja: la prevalencia total estimada para 2011 era similar a la de 1991.
-- Las fluctuaciones observadas consisten en incrementos anuales de 4% en el período 1995-1999 [cociente de prevalencia de 1,04, con intervalo de confianza (IC) entre 1,01 y 1,07], seguidos por descensos de 3% por año en el lapso 1999-2003 (cociente de 0,97, IC entre 0,95 y 0,99), y por una estabilización de los valores a partir de la última fecha.
-- Las tendencias observadas en relación con la anencefalia y la espina bífida eran similares, sin que ninguna de estas malformaciones llegara a decrecer significativamente con el paso del tiempo.
-- Se registra una disminución general de la prevalencia de defectos del tubo neural entre los nacidos vivos, sobre todo de los casos de anencefalia.
-- Se registra una disminución general de la prevalencia de defectos del tubo neural entre los nacidos vivos, sobre todo de los casos de anencefalia.
CONCLUSIÓN
En ausencia de leyes que dispongan la fortificación obligatoria con ácido fólico, la prevalencia de defectos del tubo neural no ha disminuido en Europa. Es evidente que el uso voluntario o por prescripción médica de suplementos de ácido fólico en el período periconcepcional, e incluso antes, no resultan suficientes para revertir esa situación.
FUENTES DE FINANCIAMIENTO
Comisión Europea de Salud Pública, Utrecht, Países Bajos.
CONTACTO
Dirigir correspondencia a: Dr. B. Khoshnood, INSERM U1153, Maternité de Port-Royal, 53 Avenue de l´Observatoire, 75014 Paris CÉDEX, France. Correo electrónico: babak.khoshnood@inserm.fr.
©RIMA
martes, 26 de enero de 2016
CDC
Early Release / January 26, 2016 / 65(3);1–5
Guías provisionales para la evaluación y pruebas de los lactantes con posible infección congénita por el virus Zika - Estados Unidos, 2016
Early Release / January 26, 2016 / 65(3);1–5
Guías provisionales para la evaluación y pruebas de los lactantes con posible infección congénita por el virus Zika - Estados Unidos, 2016
jueves, 21 de enero de 2016
Más evidencias de que el nacimiento prematuro podría aumentar el riesgo de autismo
Pero los investigadores detectan una tasa más baja que la que se ha reportado anteriormente
Pero los investigadores detectan una tasa más baja que la que se ha reportado anteriormente
21 de enero de 2016 -- Según un estudio reciente, los bebés muy prematuros podrían tener un riesgo más alto de haber sido diagnosticados con autismo a los 4 años de edad, aunque la investigación cuestiona qué tan altas son esas probabilidades.
El estudio australiano, publicado en línea el 21 de enero en la revista Pediatrics, encontró que poco menos del 2 por ciento de los recién nacidos prematuros y con un tamaño pequeño fueron diagnosticados luego con autismo entre los 2 y los 4 años de edad.
Esa prevalencia, apuntaron los investigadores, es más baja que la observada en estudios anteriores, en que las cifras han variado de alrededor de un 4 a un 13 por ciento.
También dijeron que hay motivos para confiar en la veracidad de sus hallazgos. Este estudio es uno de los pocos que evalúa directamente a los niños, en lugar de utilizar cuestionarios para los padres, apuntó la investigadora líder, Margo Pritchard, profesora de enfermería neonatal de la Universidad Católica de Australia, en Brisbane del Sur.
"Lo que encontramos es que nacer de forma muy prematura es un factor de riesgo, algo consistente con estudios anteriores", dijo Pritchard. "Pero cuando se aplica el rigor diagnóstico, usando una evaluación directa, la tasa de autismo es más baja que la reportada en otros estudios".
Sin embargo, el Dr. Paul Wang, vicepresidente principal de investigación médica de Autism Speaks, una organización sin fines de lucro, dijo que no está claro cómo interpretar la prevalencia más baja.
Los métodos de los estudios son distintos, y algunos han seguido a los niños por periodos más largos (hasta los 8 años o más), así que resulta difícil saber qué estimados se acercan más a la verdad, comentó Wang.
En lugar de ello, consideró los nuevos hallazgos como un respaldo adicional al panorama general. "La prematuridad y el bajo peso al nacer son factores de riesgo del autismo", señaló Wang.
Pero también enfatizó que no hay un solo factor contribuyente al trastorno del espectro autista, un trastorno del desarrollo que se cree que afecta a uno de cada 68 niños de Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
El autismo es complejo, dijo Wang, y la mezcla de causas varía de un niño a otro. Pero en general, los expertos creen que comienza con una vulnerabilidad genética, en combinación con ciertas exposiciones ambientales en un momento crítico del desarrollo, en particular en el útero.
Los investigadores siguen intentando comprender las influencias ambientales, comentó Wang.
Según Autism Speaks, los estudios han implicado varios factores además del nacimiento prematuro. Incluyen a los padres con una edad más avanzada, además de la exposición prenatal a ciertas infecciones, a la contaminación atmosférica o a fármacos particulares, como el ácido valproico (Depakote), un anticonvulsivo.
Para el nuevo estudio, el equipo de Pritchard evaluó a 169 niños pequeños nacidos antes de la semana 29 de embarazo. Se les examinó a los 2 y a los 4 años de edad por posibles señales del autismo, como retrasos en el lenguaje, o una falta de interés en los demás niños.
En general, un 13 por ciento de los niños tuvieron resultados "positivos" y se sometieron a más evaluación. Al final, justo por debajo del 2 por ciento fueron diagnosticados con autismo.
Pero Wang apuntó que casi todos los niños que resultaron positivos pero que no recibieron un diagnóstico formal tenían problemas significativos con la comunicación, con el juego imaginativo o con las conductas repetitivas, por ejemplo.
Y dado que los bebés muy prematuros están en riesgo de varios problemas del desarrollo, diagnosticar el autismo de forma definitiva a una edad temprana puede resultar difícil, explicó Wang.
Pritchard se mostró de acuerdo en que determinar el autismo en esos niños es difícil. Pero añadió que evaluaciones que son el "estándar de excelencia", como la Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo (que se utilizó en este estudio) pueden ayudar a diagnosticar el trastorno a una edad temprana.
Sea cual sea la verdadera prevalencia de autismo entre los prematuros, es importante que esos niños reciban evaluaciones rutinarias del desarrollo, enfatizaron Wang y Pritchard.
"Hay que seguir y evaluar de cerca a todos esos niños", dijo Wang. De esa forma, cualquier discapacidad (física, mental o social) se puede detectar pronto y ser abordada.
"Identificar las diferencias tempranas en el desarrollo puede ayudar a vincular a los niños con unas prácticas efectivas de intervención", concurrió Pritchard.
Añadió que "la moraleja es aprovechar la monitorización del desarrollo y mantener a los niños nacidos de forma muy prematura en esos programas durante toda la niñez".
El estudio australiano, publicado en línea el 21 de enero en la revista Pediatrics, encontró que poco menos del 2 por ciento de los recién nacidos prematuros y con un tamaño pequeño fueron diagnosticados luego con autismo entre los 2 y los 4 años de edad.
Esa prevalencia, apuntaron los investigadores, es más baja que la observada en estudios anteriores, en que las cifras han variado de alrededor de un 4 a un 13 por ciento.
También dijeron que hay motivos para confiar en la veracidad de sus hallazgos. Este estudio es uno de los pocos que evalúa directamente a los niños, en lugar de utilizar cuestionarios para los padres, apuntó la investigadora líder, Margo Pritchard, profesora de enfermería neonatal de la Universidad Católica de Australia, en Brisbane del Sur.
"Lo que encontramos es que nacer de forma muy prematura es un factor de riesgo, algo consistente con estudios anteriores", dijo Pritchard. "Pero cuando se aplica el rigor diagnóstico, usando una evaluación directa, la tasa de autismo es más baja que la reportada en otros estudios".
Sin embargo, el Dr. Paul Wang, vicepresidente principal de investigación médica de Autism Speaks, una organización sin fines de lucro, dijo que no está claro cómo interpretar la prevalencia más baja.
Los métodos de los estudios son distintos, y algunos han seguido a los niños por periodos más largos (hasta los 8 años o más), así que resulta difícil saber qué estimados se acercan más a la verdad, comentó Wang.
En lugar de ello, consideró los nuevos hallazgos como un respaldo adicional al panorama general. "La prematuridad y el bajo peso al nacer son factores de riesgo del autismo", señaló Wang.
Pero también enfatizó que no hay un solo factor contribuyente al trastorno del espectro autista, un trastorno del desarrollo que se cree que afecta a uno de cada 68 niños de Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
El autismo es complejo, dijo Wang, y la mezcla de causas varía de un niño a otro. Pero en general, los expertos creen que comienza con una vulnerabilidad genética, en combinación con ciertas exposiciones ambientales en un momento crítico del desarrollo, en particular en el útero.
Los investigadores siguen intentando comprender las influencias ambientales, comentó Wang.
Según Autism Speaks, los estudios han implicado varios factores además del nacimiento prematuro. Incluyen a los padres con una edad más avanzada, además de la exposición prenatal a ciertas infecciones, a la contaminación atmosférica o a fármacos particulares, como el ácido valproico (Depakote), un anticonvulsivo.
Para el nuevo estudio, el equipo de Pritchard evaluó a 169 niños pequeños nacidos antes de la semana 29 de embarazo. Se les examinó a los 2 y a los 4 años de edad por posibles señales del autismo, como retrasos en el lenguaje, o una falta de interés en los demás niños.
En general, un 13 por ciento de los niños tuvieron resultados "positivos" y se sometieron a más evaluación. Al final, justo por debajo del 2 por ciento fueron diagnosticados con autismo.
Pero Wang apuntó que casi todos los niños que resultaron positivos pero que no recibieron un diagnóstico formal tenían problemas significativos con la comunicación, con el juego imaginativo o con las conductas repetitivas, por ejemplo.
Y dado que los bebés muy prematuros están en riesgo de varios problemas del desarrollo, diagnosticar el autismo de forma definitiva a una edad temprana puede resultar difícil, explicó Wang.
Pritchard se mostró de acuerdo en que determinar el autismo en esos niños es difícil. Pero añadió que evaluaciones que son el "estándar de excelencia", como la Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo (que se utilizó en este estudio) pueden ayudar a diagnosticar el trastorno a una edad temprana.
Sea cual sea la verdadera prevalencia de autismo entre los prematuros, es importante que esos niños reciban evaluaciones rutinarias del desarrollo, enfatizaron Wang y Pritchard.
"Hay que seguir y evaluar de cerca a todos esos niños", dijo Wang. De esa forma, cualquier discapacidad (física, mental o social) se puede detectar pronto y ser abordada.
"Identificar las diferencias tempranas en el desarrollo puede ayudar a vincular a los niños con unas prácticas efectivas de intervención", concurrió Pritchard.
Añadió que "la moraleja es aprovechar la monitorización del desarrollo y mantener a los niños nacidos de forma muy prematura en esos programas durante toda la niñez".
lunes, 11 de enero de 2016
El tipo de parto y los métodos de alimentación del bebé pueden afectar a la composición de los intestinos
Un estudio muestra que el parto vaginal y la lactancia materna crean bacterias intestinales distintas que las cesáreas y la fórmula
11 de enero de 2016 -- Un parto vaginal y la lactancia materna significan una diferencia notable en la composición bacteriana de los intestinos de un bebé, según una nueva investigación.
El tema es la conformación gastrointestinal del microbioma, que es el conjunto de microbios, que se encuentran mayormente en el intestino grueso, que son esenciales para el sistema inmunitario y para una buena nutrición.
Al evaluar los registros sobre el nacimiento y la alimentación de más de cien bebés cuando tenían 6 semanas de edad, los investigadores encontraron que los que nacieron por vía vaginal tenían una composición intestinal distinta que los que nacieron por cesárea.
También se observaron diferencias entre los bebés que recibieron lactancia materna exclusiva y los alimentados con fórmula o una mezcla de fórmula y leche materna.
Pero no está claro si esas diferencias afectan a la salud del bebé a corto o a largo plazo, dijo la coautora del estudio, Anne Gatewood Hoen.
"Nuestro estudio no establece vínculos con resultados de salud en este momento", dijo Hoen, profesora asistente de epidemiología y ciencias de los datos biomédicos de la Facultad de Medicina Geisel del Colegio Dartmouth en Lebanon, New Hampshire.
Pero Hoen y la autora líder, la Dra. Juliette Madan, neonatóloga y profesora asistente de pediatría de la Facultad de Medicina Geisel del Dartmouth, anotaron que su equipo se "sorprendió al hallar que incluso tres semanas tras nacer, el microbioma intestinal parecía ser conformado por el tipo de parto tanto como por el método de alimentación".
"Esto sugiere que el importante encuentro con la vida bacteriana que ocurre durante el proceso del nacimiento es muy importante para establecer el microbioma intestinal, y que sus efectos son duraderos", dijeron los investigadores.
Los autores anotaron en el estudio que "la cesárea se ha asociado con un aumento en el riesgo de obesidad, asma, enfermedad celíaca y diabetes mellitus tipo 1", y en comparación con la alimentación con fórmula, "la lactancia materna se ha relacionado con una reducción en los riesgos de enfermedades como el asma, la obesidad, la infección, el síndrome metabólico y la diabetes".
Hoen y Madan describieron sus hallazgos en la edición en línea del 11 de enero de la revista JAMA Pediatrics.
Unos dos tercios de los bebés del estudio nacieron por vía vaginal, y el tercio restante por cesárea. De forma similar, unos dos tercios fueron alimentados exclusivamente con leche materna en las seis primeras semanas de vida, mientras que 26 fueron alimentados con una combinación de leche materna y fórmula. Seis fueron alimentados solo con fórmula.
Los análisis de heces revelaron que el método de nacimiento del bebé tenía al menos un impacto igual de importante en las diferencias intestinales que la dieta.
El equipo de investigación también encontró que los bebés alimentados con una mezcla de fórmula y leche materna terminaban con una composición intestinal a las seis semanas que era más o menos igual que los que se alimentaron solo con fórmula, un hallazgo que investigaciones anteriores no habían notado.
No está claro qué significa todo esto para la salud de los bebés cuando crezcan. Pero Hoen y Madan dijeron que sus resultados "respaldan las recomendaciones actuales de parto vaginal si es posible, de evitar las cesáreas a menos que sean médicamente necesarias, y de lactancia materna exclusiva cuando sea posible".
El Dr. Mark Corkins, médico certificado de respaldo nutricional del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee en Memphis, dijo que los hallazgos no le sorprendieron.
"Es obvio que la forma en que se nace hace una diferencia", aseguró. "Por supuesto, los intestinos del niño no nacido no contienen ninguna bacteria mientras están en el útero. Cuando están dentro de mamá, dentro del líquido amniótico, no hay bacterias. Uno solo llega a la colonización después de nacer, al tragar bacterias durante el parto, si se nace a través de la vagina, porque la vagina no es estéril".
"Pero si se nace vía cesárea, el vientre se desinfecta en un quirófano estéril", explicó Corkins, que también funge como jefe de la división de gastroenterología pediátrica del Hospital Pediátrico Le Bonheur, en Memphis. "No se obtiene la misma flora. Se obtiene básicamente lo que hay en el hospital".
"Y entonces, tras nacer, si le alimentan con fórmula (que es nutricionalmente completa) tampoco se obtienen todas las cosas de la leche materna que la fórmula no puede replicar: los factores de crecimiento, y cosas que fomentan el desarrollo de ciertas bacterias buenas que estamos diseñados para tener en nuestro colon".
"Aunque las técnicas de microbiología que se están usando ahora para estudiar el tema son mejores, no es en realidad un hallazgo del todo nuevo", añadió. "Sabemos que la ruta por la cual se nace importa, y también el tipo de alimento tras nacer. Ambas cosas hacen una diferencia".
Un estudio muestra que el parto vaginal y la lactancia materna crean bacterias intestinales distintas que las cesáreas y la fórmula
11 de enero de 2016 -- Un parto vaginal y la lactancia materna significan una diferencia notable en la composición bacteriana de los intestinos de un bebé, según una nueva investigación.
El tema es la conformación gastrointestinal del microbioma, que es el conjunto de microbios, que se encuentran mayormente en el intestino grueso, que son esenciales para el sistema inmunitario y para una buena nutrición.
Al evaluar los registros sobre el nacimiento y la alimentación de más de cien bebés cuando tenían 6 semanas de edad, los investigadores encontraron que los que nacieron por vía vaginal tenían una composición intestinal distinta que los que nacieron por cesárea.
También se observaron diferencias entre los bebés que recibieron lactancia materna exclusiva y los alimentados con fórmula o una mezcla de fórmula y leche materna.
Pero no está claro si esas diferencias afectan a la salud del bebé a corto o a largo plazo, dijo la coautora del estudio, Anne Gatewood Hoen.
"Nuestro estudio no establece vínculos con resultados de salud en este momento", dijo Hoen, profesora asistente de epidemiología y ciencias de los datos biomédicos de la Facultad de Medicina Geisel del Colegio Dartmouth en Lebanon, New Hampshire.
Pero Hoen y la autora líder, la Dra. Juliette Madan, neonatóloga y profesora asistente de pediatría de la Facultad de Medicina Geisel del Dartmouth, anotaron que su equipo se "sorprendió al hallar que incluso tres semanas tras nacer, el microbioma intestinal parecía ser conformado por el tipo de parto tanto como por el método de alimentación".
"Esto sugiere que el importante encuentro con la vida bacteriana que ocurre durante el proceso del nacimiento es muy importante para establecer el microbioma intestinal, y que sus efectos son duraderos", dijeron los investigadores.
Los autores anotaron en el estudio que "la cesárea se ha asociado con un aumento en el riesgo de obesidad, asma, enfermedad celíaca y diabetes mellitus tipo 1", y en comparación con la alimentación con fórmula, "la lactancia materna se ha relacionado con una reducción en los riesgos de enfermedades como el asma, la obesidad, la infección, el síndrome metabólico y la diabetes".
Hoen y Madan describieron sus hallazgos en la edición en línea del 11 de enero de la revista JAMA Pediatrics.
Unos dos tercios de los bebés del estudio nacieron por vía vaginal, y el tercio restante por cesárea. De forma similar, unos dos tercios fueron alimentados exclusivamente con leche materna en las seis primeras semanas de vida, mientras que 26 fueron alimentados con una combinación de leche materna y fórmula. Seis fueron alimentados solo con fórmula.
Los análisis de heces revelaron que el método de nacimiento del bebé tenía al menos un impacto igual de importante en las diferencias intestinales que la dieta.
El equipo de investigación también encontró que los bebés alimentados con una mezcla de fórmula y leche materna terminaban con una composición intestinal a las seis semanas que era más o menos igual que los que se alimentaron solo con fórmula, un hallazgo que investigaciones anteriores no habían notado.
No está claro qué significa todo esto para la salud de los bebés cuando crezcan. Pero Hoen y Madan dijeron que sus resultados "respaldan las recomendaciones actuales de parto vaginal si es posible, de evitar las cesáreas a menos que sean médicamente necesarias, y de lactancia materna exclusiva cuando sea posible".
El Dr. Mark Corkins, médico certificado de respaldo nutricional del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee en Memphis, dijo que los hallazgos no le sorprendieron.
"Es obvio que la forma en que se nace hace una diferencia", aseguró. "Por supuesto, los intestinos del niño no nacido no contienen ninguna bacteria mientras están en el útero. Cuando están dentro de mamá, dentro del líquido amniótico, no hay bacterias. Uno solo llega a la colonización después de nacer, al tragar bacterias durante el parto, si se nace a través de la vagina, porque la vagina no es estéril".
"Pero si se nace vía cesárea, el vientre se desinfecta en un quirófano estéril", explicó Corkins, que también funge como jefe de la división de gastroenterología pediátrica del Hospital Pediátrico Le Bonheur, en Memphis. "No se obtiene la misma flora. Se obtiene básicamente lo que hay en el hospital".
"Y entonces, tras nacer, si le alimentan con fórmula (que es nutricionalmente completa) tampoco se obtienen todas las cosas de la leche materna que la fórmula no puede replicar: los factores de crecimiento, y cosas que fomentan el desarrollo de ciertas bacterias buenas que estamos diseñados para tener en nuestro colon".
"Aunque las técnicas de microbiología que se están usando ahora para estudiar el tema son mejores, no es en realidad un hallazgo del todo nuevo", añadió. "Sabemos que la ruta por la cual se nace importa, y también el tipo de alimento tras nacer. Ambas cosas hacen una diferencia".
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